Déjalo en manos de dios,
me dijo mi madre cuando papá murió.
Y en las manos de dios también me ayudó a dejar a mi bebé.
Mi madre
entiende que los hijos se van
y aprendió a esperar lo inevitable.
Ya no toma café, por la presión.
Tampoco reniega como antes.
Ha perdido un ojo, pero nunca la visión.
No somos más que fe, me dice.
Dios nos manda solo lo que podemos soportar, me dice.
A veces llora, se persigna y vuelve a nosotros.Mi madre es sabia.
Ya no camina como antes, pero
ama por igual un arcoíris como un día nublado.
Directora de teatro y dramaturga. Comunicadora social, con estudios de Dirección en el Drama School de la Universidad de Yale. Maestranda de Escritura Creativa en la PUCP. Sus obras se han puesto en escena en el Perú, Chile y Argentina. Recibió el premio El Oficio Crítico a Mejor Obra para la Infancia por Nuestra gran aventura en las ciencias (2018). Publicó el libro Relatos (in)conexos (Trropkiato Ejérrcito Editorrial, 2023).